Se levanta de madrugada
a barrer las calles de mierda;
nadie quizá la recuerda,
solo la aurora inflamada
con ojos casi por llorar
la ha visto a veces cantar
mientras azota el plumero
¡Por Dios que en ese potrero,
quien no quiso relinchar!
la luna la ve asomar
su carita de puchero
mientras ultimo lucero
se niega a irse a acostar
acurrucado en el cerro
De vez en cuando algún perro
le ha dado por saludar,
ella le escucha ladrar
como a toro con cencerro;
luego se va a caminar
por esas calles de fuego
que la invitan a bailar
Pareciera que al avanzar
la música la meciera
y la escoba la trajera
para bailar o volar
hojas, plumas y más
la vienen a acompañar
para con ella bailar
Cada que la veo pasar
me da el capricho de pensar
que habrá detrás de ese antifaz
que algunos llaman sonrisa,
pocos saludan de prisa
cuando la ven bailotear
sobre la mugre y la mierda
Jaló a mi razón, la cuerda,
para hacerla voltear,
¡hoy se puede caminar!
por una limpia vereda,
mas nadie de ella se ocupa;
no falta aquel que le escupa
solo por hacerse notar.