Con el son que suena
y al sonar contagia
su alegría plena,
y se va bajando,
cuando va sonando
hasta tus caderas.
Y tú te meneas
hacia los costados
y de arriba a abajo,
y a mí me provocas
con tus ojos negros
y tu desparpajo.
Mi morena bella,
morenita tierna,
que convulsionada,
con el son caliente
que a ti te gobierna
y le das el alma.
Este son que suena
en la muy ardiente
Latinoamérica,
que corre en las calles,
que vive en las casas,
y que entra en las tiendas.
Este son no deja
ni que estemos tristes,
y ya nos alegra
viéndote los giros
que haces con tus brazos,
y que hacen tus piernas.
Y Tú no te cansas
y este son no para,
mi linda morena,
y en mi ser la sangre,
a los borbotones,
quema por mis venas.
Este son que suena,
mi linda morena,
que brilla en tus ojos,
que viaja en tus piernas,
que vive en tu vientre:
¡quema en tus caderas!
Ya nos quitan todo,
mi linda morena,
pero algo nos dejan:
Este son y tú,
que son nuestra esencia...
¡de esta hermosa tierra!