Yo que nunca pido nada
a nuestro Dios solicito,
más ayude a ese proscrito
que vemos cada jornada,
con su cara demacrada
y su voz igual que un grito,
que da quien esta frito
al recibir cruel cornada,
del amigo o camarada
que él tenía como un mito.
Decepción junto a pobreza
en las épocas presentes,
son consecuencias recientes
de como perdemos nobleza
igual que si fueran dientes,
y que cambian los pudientes
por su status y riqueza,
dejando a muchos dolientes
como tristes penitentes,
quebraderos de cabeza.
Joanmoypra