Alcibiades

Apacible paz de ángel, en alejandrino

Me abriste los ojos cuando ya nadie me mira;
hallas respuesta a dudas que siempre condiciona
me alumbras el camino hacia la fuente que inspira
espantando gélido azote que no perdona.
Tus ojos azul cielo, enciende cirio que expira,
veo dormido entre encaje unos bustos, adorna
y es donde mi último deseo humano suspira.

 

Tu amor no se dilata, simplemente en mí crece,
es mi ensoñación para las reales delicias;
apareces cual humana y cual ángel parece,
mi ansiedad apresuran mis manos mil caricias,
vigilia muere y amante ideal aparece
la que no condiciona decisiones ficticias;
siendo así, a todo discursos inútiles vence.

 

Dorados bucles que me seducen al reflejar
en tiempo real, ya te siento tierna y salvaje.
Natura hálito sazona mis labios el néctar,
con sinfonías a tu cuerpo doy homenaje
el cobijo impróvido en presente sabes brindar.
Sólo tu púlpito es verdad, libre de moblaje,
donde la lámpara adorante me vuelve alumbrar.

 


Autor: Alcibíades Noceda Medina
(Copyright © 2014 - Todos los derechos reservados.)

 

Te besé junto a la sombra del megalito y la cruz del sur no comprende mi arrebato…