Cada vez que dices «¡Te amo!»
no expresas un sentimiento,
tal como se cree;
te desprendes de un pedazo
de tu ser que luego
vuelve a ti,
pero no con una
idéntica respuesta,
tal como se cree;
sientes en el alma
el eco de una
sensación sin nombre
que rebota feliz entre
las cuatro paredes
de tu corazón…
¿Es eso el amor?