El Empire State es un edificio de ciento dos pisos
gente flemática sale por sus puertas con el ceño fruncido
gente asmática neurótica robótica al borde del cataclismo
gente sólida
pero sin ningún brillo
gente inteligente pero bucólica
con un inmenso vacío
en su interior
no así en sus bolsillos
llenos de tarjetas de créditos
y de autos catalíticos
y casas inhóspitas
en medio del tránsito
con gusto a granito
gente patética
fríos
que no saben de la vida
más que acumular abismos.
En el sitio del lado se construyó una cabaña mi tío Federico
un tipo con agradable pasar pero no fanático
del dinero sórdido
vividor y lúdico
que por las tarde sale al jardín a fumarse un pito
los vecinos lo miran
impertérritos
como si estuviera loquito
las autoridades se lo llevan
por desacato publico
y el se ríe a carcajadas
como un hereje ante un pulpito
los vecinos observan
al principio algo tímidos
pero se sienten atraídos
por la música mística
y se deciden a bajar por los ascensores
llegando ansiosos al primer piso
y salen corriendo
y van donde su vecino
y le dicen holaaaaa Federico
(quien otro si no el)
el mismo que los hace pasar y les convida un guajiro
y todos se empiezan a reír
de los tontos crónicos y patéticos
y se despachan un tonel de cerveza
que aportó un gordito
que ayer no tenía dinero
pero hoy es rico.