Miguel Vargas

Antes, ayer.

No escucho…

tampoco siento mi sangre

como cuando estabas.

 

Mis pasos tiemblan

al ver como te llevan hombros

de rostros tristes.

 

Recorro mis venas viejas

en mi piel transparente y sudada

mientras sigo tu cortejo.

 

No se porque veo mis manos

quizás buscando las tuyas

o quizás para sonreír mi llanto

o quizás para nada.

 

Tiembla mi vida desgastada,

esta vida que ahora es más temible

que antes, que hoy.

 

Ahora es que siento el cansancio.

Antes, ayer, no lo percibía,

era ausente, normal.

Antes era contigo.