Cuando niño muy atento, un decir solía escuchar,
de las personas mayores, como un consejo moral;
si tu te portabas mal y hacías travesuras,
te hacían la advertencia, que la ibas a pagar.
Hijo fuiste, padre serás, esa era la expresión,
y era con emoción, que quien a ti lo decía;
para que crearas conciencia del respeto a tus padres,
que más que nada en la vida, ellos lo merecían.
No obstante me crie sin padre, y huérfano de madre fui,
pero Dios me dio tres tías, que eran todo para mí;
pero pasaron los años y a una mujer me uní,
quien me dio tres hijos buenos, y en padre me convertí.
Así aprendí a ser padre y muy orgulloso vivo,
y la mujer que conmigo, ha compartido su vida;
le pido a Dios la bendiga porque a mí me ha bendecido,
porque de los tres hijos nuestros ya tenemos nueve nietos,
ya ha comenzado la meta, con la primera bisnieta.
Y aunque a mi padre no pude, verlo compartir conmigo,
hoy como padre he sido, más he de amar a mis hijos,
y mañana al celebrar, el día de todos los padres,
yo estaré junto a su madre, todos en amor unidos.
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita