Araceli Vellber

El Sol, que no tuvo que salir.

El Sol, que no tuvo que salir.

Aquella mañana te perdí.

Entre tus manos y las sábanas

Y tus ojos los cubrí,

Cerrados para las estrellas,

Para que no fueran testigos de mis lágrimas,

Para que en su viaje fueran inocentes de mi drama,

Pero sobretodo, para no verte yo, a ti.

Aquella mañana

Salió el Sol, sin tener que salir

Se escondió la Luna

De manera cobarde, tirándome un zarpazo

Al corazón que no pude reprimir.

Si las sorpresas, tienen estas formas de viajar

Prefiero no comprar billetes

Prefiero quedarme quieto y sonreír

Disfrutar de la lluvia, aunque me moleste

Del calor, aunque esté caliente

Prefiero contemplar a examinar.

Me dieron tu Certificado de Defunción,

Qué tontería,

Si yo te venia sonreír.

Creo que esta mañana, al Sol no le tocaba salir.