Raúl Daniel

A mi madre

 

A mi madre[1]

  

En el punto más lejano del espacio,

en el propio cuerpo: Una célula,

en el Ser de los milagros: Una vida,

en el corazón de todos: Una madre.

 

De los años que pasaron: Los recuerdos,

del futuro que vendrá: Las esperanzas,

del presente: Todo amor y alabanzas

a la Luz y Principio de los cuerpos.

 

No se crea que a ser madre se precisa

nueve meses y el suplicio del alumbre,

se prepara a ser madre ya de niña,

y se muere siendo madre, cuando vieja.

 

Toda la vida se es madre y en la muerte

se lo es en el cariño de los hijos,

también en la ternura de los nietos,

y porque sí en la memoria de El Eterno.

 

A ti, madre, que me hiciste ver los días,

quiero sepas, que te quiero como a nadie;

quiero que veas que si no sé lo que es ser madre,

¡con lo que imagino me basta para amarte!

 

Y... si alguna vez te hago daños,

es porque tengo envidia de mi hermana,

porque a ése más se quiere...

con quien más se reniega y se tiene engaños.

  

Raúl Nicolás Antonio Larsen

Paraná, 20 de octubre de 1963

 

[1] Realizado cuando tenía diecisiete años, es el único poema de mi juventud que no rompí ni se perdió, esto fue posible gracias a que ella lo ha conservado en un pergamino encuadrado que le obsequié y tiene en la pared de su dormitorio por todos estos años.