Anoche la lluvia bañó toda la tierra
cántaros de lluvia; Maná líquido nocturno
que fluye en ausencia de las estrellas,
que corre a solas en la obscuridad dormida.
Las fuentes celestes vertieron su furia,
el viento se quedó dormido entre los árboles,
algunas ranas sonrieron al cielo con sus dientes
ocultos y su lengua buscando gotas de lluvia.
La noche entera estuvo sola de fiesta
rebosante entre olas formadas en su rivera,
las aves invitadas callaron su canto
solo se escuchó la noche y su tormenta.
Nosotros ocultos bajo sábanas coloridas
bebimos sorbo a sorbo cada beso entregado
junto al ritmo y el baile de la tormenta,
fue el alba quien nos despertó a la madrugada
bañados de lluvia caída de nuestra pasión prohibida
bajo el baile sonoro de la tormenta.
© Emig Paz