Me imagine sentado frente al mar,
Pensándote…
Y escuchando el ir y volver de las tenues olas,
Confundí entre ellas,
Y con poco disimulo, mis lágrimas;
Tu frágil recuerdo,
Se desvanecía entre mis quedas palabras
Hablándote a solas,
Y viendo partir mis silencios bajo el agua,
Tu mirada tan dulce como el de niña,
Se refleja en ese frio vaivén,
Y pretendo ilusamente,
Tocar tus cabellos…
Olerlos, besarlos.
Sentado aquí en la playa, te pienso,
Y pienso en cada detalle de tu hermoso rostro,
Y escucho a lo lejos,
-En mi quebrado desvarío-
Una canción que te cantara;
Pienso y resalto,
Los poemas que nunca oíste,
Y los abrazos que a mi cuerpo,
Jamás le dieras.
Sentado frente a mis recuerdos,
Me parece verte huir,
Como arena entre mis dedos,
Como agua entre mis palabras,
Como dulce sueño que perdí.
Hoy como cada día te pienso,
Y en esa tibia cercanía,
Veo tu delicado cuerpo
Dibujado en cada ola...
De esta playa solitaria,
Es ella la que me habla,
La que me calma,
La que me dice, que pronto volverás,
A pesar, de que no te habías ido…
Veo tu dulce y sinuoso cuerpo,
Reflejado en cada ola,
Y me acerco,
Para hacerte otra vez mía,
Y te beso y acaricio,
Como piel pegada,
Nacida en la mía,
Como fiel cabello
Impregnado de tu aroma,
Como noche, como día.
Hoy te vi,
Sentada aquí en la playa,
Pretendiendo ser un sueño,
Acariciando mis cabellos,
Y besando mis tibias manos;
Hoy quede,
Recostado sobre tu regazo,
Como niño dormido,
Como sueño enamorado,
En esta playa solitaria.