Sin un adiós
Mi amor,
muriendo estoy
de tanto quererte
de amor vivo.
Por ti doy
la esencia de mi vida:
tú,
que por ti yo vivo.
Tal amor exprimo,
que el licor de dioses
me enajena los sentidos,
los pétalos de mis montes
se yerguen buscando el aire
de tus labios,
mis columnas
temblaban al contacto
de tu piel.
Oh amor, ¡Amor mío!
¿Dónde estás que no te veo?
¿Dónde que morir entre tus brazos,
de placer es mi deseo?
vivimos y tuvimos…
el éxtasis del Paraíso.
Todas las veces que quisimos
Una llamada bastaba para sentirnos,
Darnos y tenernos. Como la vida misma.
Sobre el banco de piedra,
Sentado te imagino: pensarte allí, es menos el tormento.
comerte a besos yo quisiera. -Pero no estás-.
-desde siempre te amo… vida –
(Te lloraré mil lunas y mil soles, te querré
aún más, me iré contigo en alas del viento)
-Amarte fue fácil olvidarte difícil-
Alicia Pérez Hernández
-No es la pluma la que escribe, es el alma-
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Las bocas se juntan… para mi dulce ali
Las bocas juntas se besaron...
Besando
se están muy lejos:
las cálidas bocas que no existieron,
buscando en el rosal
la rosa sin espinas
-que su dueña no está-.
Tierra, leguas y mar.
Yo, en España; tú, en México.
Dos mapas
que se abren
para un sueño
-imposible sueño-.
Dos mapas
que se cierran para un silencio muerto.
Mirando
en el espejo,
tu cara sin la mía
-que nunca
se encontrarán:
lo impide la distancia-
te miras a ti misma.
Te espera un baile
-vestida de rojo- el de la vídeo-llamada-
o, con otro.
Aquí yo quedo triste
sin prisas por besarte -por tenerte-.
(Solo con la ilusión que un día vendrás ali)
-Salvador 11-3-11- Granada-