\"A veces la recuerdo.
De los siete días de la semana... al menos en un día.
Pueda que sólo un minuto,
pero ese minuto pareciera una hora.
O quizá en un segundo,
pero ese segundo se hace eterno y en cámara lenta…
que hasta el latido se hace intenso, toma su tiempo y golpea.
Golpea los sentidos como si tuviese un amplificador; y crujen mis oídos, mi cabeza...
Y yo me abrazo a la almohada, y la aprieto tan fuerte
tan fuerte que se rompen mis brazos.\"
(Eme Villalobos)