Agua para el peregrino,
luz para el extraviado,
la argolla que en el camino
da paz al angustiado...
La fé del desterrado,
una mano para el caido,
la sombra en el verano
de mis enemigos...
La soledad de mis labios,
el rumor del cielo
de los consejos sabios...
El nido para mi vuelo,
la reflexión del gregario,
es mi guardián sereno...