Lúgubre visión de unos días
que culmina todas las alegrías
en este ocaso mi ansía preciso
al fin, sin saber como llegarías
Entre telones grises de firmamento aún te espero, cansado de tanto quererte y sin ser para ti el que te ha querido, comprendo en mi osadía que el fondo es inmenso, sabiendo que así como en este mundo he llegado, así he de partir sin ser acompañado, tan solo, tan vacío, tan callado, aunque alguien presuma de haberme extrañado, la certeza del olvido que da el implacable paso de cada día, será al final el destino que el mortal ha merecido, aunque todo haya sido algrabía.
He de ser sin saberlo como el riachuelo que mansamente corre a perderse en el mar del olvido, he de ser como la seca hojarasca del otoño que el verano sepultará en su gélido abrazo, y dejaré sin duda en las lejanías mi tristeza agobiante al caer la tarde, para que el viento lleve el perfume de toda mi melancolía
Todo ha pasado, todo ha de pasar
como las golondrinas en la estación
como si fuera todo un azar
como al final del latido del corazón
Y aun así he de llevar como bandera la esperanza, y el escudo será para mi tu recuerdo, ya no me queda más nada, solo esperar la noche para dormido sentir quizá la esquiva paz.
Atardece ya.