Carola Mayo

Implora al cielo.

Inconmensurable cielo que aplasta mi camino,

Cual si fuera rebelde el destino,

De llanto cubrir mi desahogo,

Más huir de la angustia logro

Al caminar a mi ritmo el peregrino.

 

Sutileza tibia es el sentir tus manos,

Su perfume de flor, de ramo antiguo.

Carente de color pero de aroma continuo.

 

 Si acaso miraras el cielo, impiadoso,

Y le suplicases que no vuelvan mis penas,

¡Oh! ¡Qué torrente alegre correría en mis venas!

Lo alabaría por su gesto, por ser bondadoso.