Salvador Durán

CARTA DE AMOR 1.

17/AGOSTO/2014.

 

¿Quieres saber una cosa? ¿Dime qué te gustaría saber? Quizá la fecha en que nos casamos, el nombre de nuestro primer hijo, el nombre de nuestra primera hija, cualquier cosa yo responderé sin una sola excusa y te aseguro que como es verdad podrás creerlo siempre a pie juntillas.

 

Una verdad concreta es que te amo y te quiero, no importando mi orgullo, mis celos, o mi desesperación al no tenerte y no verte, otra verdad concreta es que nunca me alejaré de ti y siempre estaré ahí para apoyarte, esas son más que verdades y creo que verdaderamente las conoces y al conocerlas tú misma sabes que es una antecámara de nuestro futuro perfectamente visto desde el día en que te conocí.

 

Algunas veces para que esas verdades salgan a relucir como un diamante es necesario olvidar y dejar a un lado nuestro orgullo, y comprender que las verdades siempre serán más hermosas que las mentiras. ¿Quieres que te diga una mentira? No te amo, no te quiero, no te pienso, no sueño contigo todas las noches, esas son las mentiras más verídicas que le he dicho alguna vez a alguien, mejor dejemos las mentiras para evitar confusiones.

 

¿Quieres saber una cosa? Pues pregúntala, yo la contestaré honestamente; es mejor preguntar sobre el futuro y no preguntar sobre el presente, pues es mejor vivir esperanzados a lo que viene y no cuando uno vive siempre al día. ¿Sabes cuál es el problema de vivir al día? Que uno nunca sabe lo que llegará a pasar, quizá ese mismo día tú te vallas de mí y luego regreses sin yo tener la necesidad de necesitarte por el simple hecho de que vivo al día, por eso es más preferible pensar en el futuro porque de una  de otra manera todo estaría perfectamente planeado por la sucia e impecable mano del destino y nada cambiaría ¡NADA!

 

Ahora veámoslo desde un punto un poco más catastrófico e insensible como es el olvido, esa es una buena pregunta ¿Cuándo pienso olvidarte? La respuesta es muy siencilla, toma un calendario y marca el 31 de febrero como el día que te voy a olvidar, lo vez, no existe ese día así que por lo tanto no existirá nunca mi olvido.

 

Yo no tengo la necesidad de olvidarte ni de olvidarme de esto, es como si se me olvidará que el año tiene 365 días por el hecho de que este año al lado tuyo me haya parecido la eternidad porque los bellos momentos contigo nunca acaban.

 

Mi mayor deseo es que esos momentos nunca acaben y se mantengan a flote el tiempo acordado, la eternidad. Nuestro amor es un barco que navega en el triste y rutinario océano de la vida, eso nos convierte sin duda alguna en presa fácil de los problemas y las discusiones que son gigantes icebergs con los que hemos llegado a chocar más de una vez, provocando un naufragio en la fría y desolada tierra de la indiferencia o de la tristeza en la que llegamos a estar no más de un día, en seguida trato de salvarnos o tu tratas de hacerlo y lo conseguimos porque dos pueden siempre contra uno.

 

Quiero que sepas que el día que nuestros problemas ganen es tan inexistente como el día que te voy a olvidar.

 

Quiero que sepas que el día en que se apague el sol te dejare de amar; sabes, tenemos mucha suerte porque el sol aún no se apaga y me siento completamente bendecido por eso, pero me siento aún más bendecido de seguir junto a ti pues mi aire, mi luna, mi agua, siempre serás tú.

 

La pregunta más importante ahora es: ¿Cuándo se apagará el sol? Mi respuesta es: No lo sé, pero no te preocupes, tenemos una eternidad aún para amarnos.