a… mi Padre
Atravieso la calle en esta mañana tibia…
no es igual esta calle.
Que he paseado otras veces
(ni culmina de noche
ni comienza de día)
No es igual esta calle -que me parece herida-
Por qué aunque la recorro como todos los días
me parece tan triste al remembrar tu risa
o el sonido imperioso de tu paso cansado
tal vez pausadamente
por tus años maduros.
No es igual esta calle que da cruce a la acera
de aquella esquina ¡recuerdo…!
Ahí yo te miraba esperando la tarde
(una de tantas tardes)
En que oscurecía afuera.
No… no es igual esta calle
sin tu vibrar tan noble
-un silencio callado
atraviesa y carcome
cuando la cruzo triste
recordando tu nombre-