En la fría madrugada mi corazón esperaba
respuesta del cielo negro, que con estrellas se adornaba,
la luna se preguntaba, qué hacía yo tan solito
y un lucero, apuntaba hacia un sentimiento infinito,
señaló también un sueño escapado de mi alma,
persiguiendo un gran anhelo que tenerlo no alcanzaba.
se juntaron unas nubes cubriendo la luna escarcha
y con pena, densas todas sendas lágrimas soltaban,
se compadecían ellas, la luna no suspiraba
y el ejército del cielo, el rostro me iluminaba,
discutían entre sí, con grandes luces bengala,
rayos, truenos con centellas y ases de luces lanzaban,
se planteaban durante horas, cuál sería mi penar
y juntas todas acordaron el diagnóstico final.
llegando el amanecer, surgió con su alba preciosa,
y los astros descubrieron que era como mariposa,
el amor que había volado de mi corazón cual rosa,
hallándose solitario, con el alma pesarosa.