Una copa de olvido envenenando mi recuerdo,
y en mis suspiros el dolor trepidando.
Recuerdo aquel aciago mes de octubre,
cuando bebí una copa de olvido en tu nombre,
evocando tus falsos besos y el sol en mis ojos,
el frío entumecía más que nunca mi cuerpo,
mi corazón se apagaba, no resistía,
en mi sendero se silenciaba la algarabía,
las palabras y los besos de amantes
enmudecieron de un momento a otro;
atrás quedaron la pasión y los deseos,
sin ansias, ni caricias ardientes,
mi alma enloquecida rasgó su velo,
velo de blanco arrojado al viento,
el amor donde me sostenía, se esfumo,
y aquel lugar consagrado e íntimo,
apago sus luces de efímera fantasía,
mientras me derrumbaba la indiferencia,
una copa de olvido y en mis sollozos
se ahogaron por siempre los sueños;
al son de un devastador adiós…
Poema original de Luna blanca
25.10.14