Amarte con tan grande sacrificio,
de modo que te sea manifiesto
mi amor, como el tuyo fue dispuesto;
por todos ante el padre ser propicio.
Amarte procurando el beneficio,
siendo tan desprendido y tan honesto,
y al amor que conozco serle opuesto,
convirtiendo este verbo en ejercicio.
Tú lo sabes ha sido esmero mío,
y te he cientos de veces defraudado,
volviendo otro ciento a arrepentirme.
Amarte es día a día un desafío,
y porque vives tú he determinado,
en tanto que yo viva no rendirme.