Ivan martinez

Desde ayer te veo más lejos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Desde ayer te veo más lejos

se está desprendiendo tu estrella,

la última voz suena distinta

y mi tinta no danza

con sutileza la misma letra escrita.

 

Me hablas y es distante

todo resuena con la palabra cortada,

no se descifrar el silencio de las hadas...

más me dicta una sensación casi auditiva

que tu sonido escapa.

 

Enamorado me tiene la última caída

y del golpe también te ama este manso ser,

que perdona toda espina que tu rosa clava;

para sembrar tu existencia directo al alma.

 

No creo poder y ni siquiera sé porque poder,

las fuerzas de mañana acorazaran mi piel;

para no sufrir tus caricias extrañas.

 

Este día me muerde los ojos,

me eriza con su brillo las pestañas

de un cuerpo que se desliza bajo el frio.

 

Estiro mis manos mis brazos están neutros,

se aquietan a los desbordes del cielo,

no se quieren amar!

han descubierto tu calor... tenue

que no les impide en mente volar

porque así la vida menos duele!

 

Quien soy con mil recuerdos insondables

y locuras que se disfrazan de miedo?

Yo que entiendo de cuentos de inmortales...

sufrimientos que se atesoran sin remedio?

 

Entonces amada flor de mis océanos de espuma,

mi desierto iluminado de luna;

llevo ya los pasos de arrastras

y la huella en la arena herida rasga tu nombre encantada.

 

No me levanto!

Tu golpe me apretó más al piso,

mi mejilla siente el peso del sometimiento...

que no diera yo por ser absolutamente nada,

ni retrato, ni bullicio; ni siquiera viento!

 

Porque estas manos que antes me acariciaban

se han colocado en mi cuello,

y el aire imbebible en vano...

contaminado, no puedo disolverlo!

 

Cual primera será la ocasión

y la plegaria de estas manchas escarlatas,

se quedan atrás mis pasos que ya no empatan

y se cansan de guiarse sin señales y miradas.