Va dejando sus huellas sobre la nieve
con muy pocas esperanzas
de que la vida lo venga a salvar
se extinguen con su agonía
sus últimas circunstancias
silenciosas y leves
cual pasos de zorzal.
Cae nuevamente
su cuerpo ya no avanza
se niega a seguir la danza
del hombre y su libertad
y opta por retirarse
con el blanco mimetizarse
y definitivamente abrazarse
a la tierra inmemorial.
Donde todo lo que existe
está para difuminarse
con el polvo mezclarse
y el alma así entregarse
a la dulce eternidad.
Y la brumosa oscuridad
abismante
que hay en el más allá.
El hombre ya no puede más
lo acoge el frío de la muerte
yace sobre el suelo inerte
como una semilla más.
Mirándolo equilibradamente
se siente como si estuviera en paz.
Transparente
consecuente
obediente
con su ciclo natural.