Ingrata dama
Que despreciaste airosa
La rosa roja
Que con su sangre
Y canto el ruiseñor
Débil tiñó
Pues el amigo
¡Ay! Quería bailar
Con la mujer
Que creyó suya
Pero se equivocó.
La caprichosa
Y cruel doncella
Dijo que bailaría
Con quien le diera
La rosa púrpura
de la que carecía
Su fiel galán
Y el ruiseñor
Se esforzó vanamente
Pues la malvada
Sintió desprecio
Y del gesto floral
Rió con sorna
Y la tristeza
Hizo que en abundancia
Brotaran lágrimas
De gran dolor
De los ojos sin luz
De quien sufriera
La ingratitud
Del ser que despreciaba
A un gran amor.
Y el ruiseñor
Se fue volando, sí,
Entristecido.