Te regalé unos ojos llenos de luna llena
pero la noche apagose como vela sin cera
Después del sueño, concluyó la verbena
Nunca sabré si dijiste no, o dijiste espera
por eso puse mis ganas de ti en cuarentena
No sé si lo viste, aunque fue mía la ceguera
De muchos eslabones se forma una cadena
Ignoraba que sería otro más, uno cualquiera
preso, como todos, de los rizos de tu melena
Herido y perdido en laberintos de cabellera
vago solo, sin papel, figurante de la escena
en la que otros ya treparon la enredadera
y ocuparon su lugar en tu dulce colmena
ajenos mientras hacías jirones su bandera
dictando para todos la misma condena
Recluso, porque osé bajar tu cremallera
no volveré a enamorarme de una sirena