...Y yo me iré. Y se quedarán
los pájaros cantando;
y se quedará mi jardín soleado
con sus bellas flores adornado,
el naranjo y el limonero
y en el estanque dormido
se reflejará el lucero.
Todas las tardes, el cielo será azul y plácido
y tocarán como están tocando
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron
y también los que me hicieron daño
pero nacerán nuevas generaciones
y el pueblo se hará nuevo cada año.
Seguirán las fiestas con su alegría
y nuestros virtuosos músicos tocando
en aquel rincón por la naturaleza creado
donde mi espíritu errará nostálgico.
Y cada día al alba desde mi balcón
se seguirá escuchando el rumor del río
que baja desde su nacimiento con desafío
por serpenteados vericuetos
abriéndose camino.
Y las cumbres que tanto amo,
que me llenaron el alma de sentimientos
y que fueron la inspiración de mis versos
con la luna llena brillando en el firmamento.
Se quedarán mis cuadros pintados
que tantas horas de soledad llenaron
y los cuadernos llenos de tiernas poesías
derramando del alma penas y alegrías.
...Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando
y estaré sin flores, naranjo ni limonero,
y en el estanque dormido
se reflejará el lucero.
Fina