Recuerdo aquella lluvia que sus gotas nos adormecía
con el repiquetear en el techo de aquella habitación,
en donde tus ojos brillantes de amor no me perdían de
vista, en el que tu sonrisa radiante ilumina mi rostro…
El amor prevalece momentáneamente entre dos amantes
en lo cual la alegría florece como el jardín en tus sueños,
pero tu corazón florece con el néctar de tu alma
esa sangre caliente que hierve todo mi ser…
Tu hermosa sonrisa adornaba la noche contagiándome
de alegría y amor, perpetuo en el alba de tus labios carnosos
que no paraban de besar con el suspiro fresco mi perfil de hombre soñador,
que se sumerge en tus sueños profundos de mujer dócil y bella…
RIVAS JOSE