Por compulsión la lengua no germina
la palabra se atasca.
Es al parir la pena,
en el alumbramiento de una euforia
o en medio de algún lapsus visionario
que nace el escribiente.
Vidente de las cosas y las causas
poeta indagador de ideologías
de fórmulas utópicas
¡Un perfeccionador de las heridas!
Es desenterrador de las brutalidades
que encarnan en sus dedos , en su sangre
y a la hora de narrarlas
le duelen y lastiman.
Mentiras también dice
con prosas y proezas
o en lírica , con rima, sin maldades.
Así, el ser humano escribidor
se arrima distraído a otras vidas
un poco menos duras
un poco menos frías
y donde nunca sobran las palabras.
andrea