Y en estas líneas
te llevo y te encuentro,
frágil, bonita y coqueta;
con la mirada profunda,
tierna y sincera;
con la inocencia entre manos
impregnando dulzura
al trinar de los ruiseñores,
que melodiosamente elevan sus voces
a la madre naturaleza.
En estos versos te encuentro,
despierta y natural,
con tus labios tibios y sabrosos;
desnuda y elegante,
maravilla hecha carne,
y dulce tentación
que me enamora.
Entre versos te llevo
libre y completa,
pegada al bolígrafo;
llena de tu perfume,
con tu imagen en mi mente
ocupando mis sentidos
que tan amenamente brotan
porque se trata de ti.
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