En la cuarta región
siendo ciudad actual
hay una peluquería
de memoria inmemorial.
Un señor estilizado
de bigotito delgado,
dicen que es recado
de un marino porteño.
Le da estampa de dueño
para todos los pelados
es el diario avisado
de todo lo que sucede.
Un militar que ya viene
a acortarse en su estilo
como es cuadrado el tipo
una caja de cartón.
Con la cabeza metido
le recorta lo que sobra,
y buenas tardes está servido.
tranquilito por la sombra.
Un guerrillero idealista
quiere arreglar su barbita
no me toque la perita
que es la cosa mas rica.
Va entrando un señor
creo equivocado
porque es mas pelado
que un cerro de blancos hielos.
Ahora entra un chiquillo
de cintura delgadita
quiero borrar mi barbita
porque me siento herido.
Siempre que me acerco
a besar a mi marido
me cree un poco terco
así estoy de sufrido.
Ese marino porteño
quiere que le arreglen las olas
donde navega un bote
en su pecho grabado.
no me revuelva las bolas
que estoy aquí tranquilo parado
y váyase con sus olas
acá no se atienden curados.
Así se ha cerrado
de varones la peluquería
que ya será grabado
una de mujeres con simpatía.