En una plaza chica
había dos señores,
uno vendía chicha
y el otro chicharrones.
Esos dos señores
en puestos ambulantes
vendían con sabor,
chicharrones picantes
y chicha de arroz
¡cómo no!, ¡cómo no!
Si algún día visitas
esa plaza chica,
mi recomendación
es que compres chicha
y compres chicharrón
la vendimia exquisita
¡para vos!, ¡para vos!
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela.