No hay cruz más liviana
Que la que carga un poeta
Por eso se alegra tanto mi corazón
Ser premiado así más que todos los profetas
Es como un regalo del cielo
Es como el perdón de Dios.
Yo que he cargado muchas todas han sido aladas
Porque el poeta es leve y vuela cual gorrión
No se queda ni amarrado para procesiones mundanas
Ni a escuchar los problemas eternos de nuestra insatisfacción
Mi cruz es muy liviana
No un pesado carretón
Cargado con rocas y piedras.
Yo vine aquí al mundo para gozar de la vida
Con todos mis achaques con mi propia extrema unción
Y no me quedaré jamás donde no haya alegría
La auténtica alegría que anhela mi ser interior.
Mi cruz es muy liviana porque siempre he sido polvo
La esencia de una estrella que un día fue una flor
La cargo aquí en mi espalda y no es ningún estorbo
Y así la voy a llevar hasta mi propio cajón.