Hallábase la moza en la taberna
muy calentorra toda ella
era más fea que la gonorrea
obviamente permanecía doncella.
Entré pidiendo a gritos cerveza
me vió y me lanzó una mirada traviesa
un escalofrío subió hasta mi cabeza
horrorizado bebí con entereza,
cada trago la bebida volvíase más floja
con lo cual yo apenas veía ya gran cosa
por fin se largó aquella tipa tan horrorosa
y me senté al lao de una dama hermosa,
me dijo:
\"Este no es sitio para vos y mi persona
estaremos más tranquilos en mi choza\"
creí oír mal y entender su casona
rezando para poder caminar ahora.
Esto ocurrió alguna noche pasada
si no llego a ser caballero lo contaba
mas acabe con pelos en la lengua
y la espalda magullada
tumbada a mi lado la horrible dama.