En la lúgubre noche
mi corazón palpita,
y mi alma aún se esconde
no descansa tranquila,
la ansiedad la corrompe.
Sintiendo la muerte
detrás de la oreja,
en silencio sufro
esta vil condena.
!Ansiedad por Dios déjame!
grito con vehemencia
que mi vida se muere.
Tú malvada presencia
siempre a mi me posee.
.
Pero no me dejas
soy tu fiel esclavo,
en la noche oscura
la angustia hace daño.