Bajo un claro cielo en cualquier lugar
miro el horizonte dispuesta a soñar,
veo una extensa capa de arena perlada
que siento mojada por agua del mar.
Aquí está mi mente dispuesta a plasmar,
lo que en éste día yo quise mirar…
Despacio deslizo los pies en el agua,
muda está mi boca, fría está mi piel,
aún siento las olas golpear sobre rocas
y sin darme cuenta me dejo llevar.
Cuantiosas gaviotas volando muy bajo
parece que quieren mi sueño cuidar,
también pececitos de varios colores
se unen jubilosos al suave compás.
En el recorrido se ven desfilar
bandejas de nácar llenas de cristal,
racimos de perlas, bancos de coral
que sólo soñando yo puedo observar.
Navego en la espuma que brota del mar
mi cuerpo se agita queriendo volar,
unos fuertes rayos lastiman mis ojos,
y un ruido de trueno me hace despertar.
María B Núñez
Huellas del Camino