Puede ser muy ciertamente
que no estuve a la altura de tu amor.
Mi esencia de caballo trotador
vehemente
arrolló tu intención
de amansarme y ponerme en la vereda
de la buena conducción.
La presencia de otra flor
recurrente
detonó la eclosión.
Pero acuso mi inocencia
no teniendo explicación
más que toda esta esencia de corcel
que en el fondo siendo fiel
va y relincha ante una hembra.
No hubo más profundidad que una estela
ni la llama de una vela
intenté yo encender.
Como sabes los caballos somos nobles
impetuosos y honorables
nunca fuimos execrables en la historia
a excepción de aquel de Troya
que ocultaba en su interior
su otro yo.
Más
mis soldados son de paz y no de guerra
son de amor
mi objetivo era amarte hasta que duela
y dolió
y duele ahora
a mi manera.
Sin rencor y sin temor
caballito trotador
libre va por las praderas
sin que nadie le arrebate su verdad
la que está en su corazón
hasta que muera.
Mi sentir es de inocente
y ante tanta acusación de ser infiel
mi caballo ejecutó hidalgamente
su espontánea rebelión a flor de piel.