Enrique del Nilo

PADRE... ¿NUESTRO?

 

 

 

Padre que me trajo mi abuela

cuando me apretaban las penas

y me lo presentó como nuestro

dijo que para las malas y las buenas

 

Dijo que estas en el cielo

sobre el ave en vuelo;

sobre la nube que pasa

y las estrellas que asoman

¡tan alto estabas!

que en su corazón habitabas

y desde ahí vigilabas

mi tembeleque paso

 

Recordé tu nombre,

y fue por mi santificado

cuando me sentí ahogado,

pero una vez salvado

quedaste ahí guardado

bajo textos y candado

 

Clame tu presencia

en mi claustro de sufrimiento

y te imaginé en el viento

llenando mi impotencia

 

Nunca hice tu voluntad

pero tampoco te contradije,

respeté tanto tu reino…

que me alejé de tus embajadores

para no manchar

sus pulcras vestimentas,

sobre las almas te encargas vos

 

De tu alacena extraje mi pan diario

cuando rompí las entrañas de la tierra

arrebatando el fruto, que aún ajeno,

a mi me fue prometido

 

No te vengo a pedir perdón

pues no llegué a conocer ese concepto

si no conoces de faltas u ofensas

es inútil aprender de absolución…

pero si consideras que estoy deformado

no dudes en tirarme al molino

para ser en granito molido

y por fuego ser bendecido

con un nuevo rostro,

un nuevo vestido

 

Gracias por el obsequio del libre albedrío

que me lleva a aceptar la tentación,

bajo la tiránica pero no ignorada condición,

que para toda acción

habrá siempre una reacción

 

Sueño un día liberarme del mal

que mana y derrama desde mi alma,

por mi lengua y mi pluma

que al que me oye y me lee,

se lo hago pecar;

y ser digno huésped de tu gloria

pues se que es tuya,

como lo es el poder,

lo ha sido y lo será

por los siglos de los siglos

 

 

 

 

tembeleque adj. El Salv., Méx. y Nic. Dicho de una persona: Que sufre temblores continuos.