Padre que me trajo mi abuela
cuando me apretaban las penas
y me lo presentó como nuestro
dijo que para las malas y las buenas
Dijo que estas en el cielo
sobre el ave en vuelo;
sobre la nube que pasa
y las estrellas que asoman
¡tan alto estabas!
que en su corazón habitabas
y desde ahí vigilabas
mi tembeleque paso
Recordé tu nombre,
y fue por mi santificado
cuando me sentí ahogado,
pero una vez salvado
quedaste ahí guardado
bajo textos y candado
Clame tu presencia
en mi claustro de sufrimiento
y te imaginé en el viento
llenando mi impotencia
Nunca hice tu voluntad
pero tampoco te contradije,
respeté tanto tu reino…
que me alejé de tus embajadores
para no manchar
sus pulcras vestimentas,
sobre las almas te encargas vos
De tu alacena extraje mi pan diario
cuando rompí las entrañas de la tierra
arrebatando el fruto, que aún ajeno,
a mi me fue prometido
No te vengo a pedir perdón
pues no llegué a conocer ese concepto
si no conoces de faltas u ofensas
es inútil aprender de absolución…
pero si consideras que estoy deformado
no dudes en tirarme al molino
para ser en granito molido
y por fuego ser bendecido
con un nuevo rostro,
un nuevo vestido
Gracias por el obsequio del libre albedrío
que me lleva a aceptar la tentación,
bajo la tiránica pero no ignorada condición,
que para toda acción
habrá siempre una reacción
Sueño un día liberarme del mal
que mana y derrama desde mi alma,
por mi lengua y mi pluma
que al que me oye y me lee,
se lo hago pecar;
y ser digno huésped de tu gloria
pues se que es tuya,
como lo es el poder,
lo ha sido y lo será
por los siglos de los siglos
tembeleque. adj. El Salv., Méx. y Nic. Dicho de una persona: Que sufre temblores continuos.