Fue una tarde muy hermosa, el día que te conocí,
Recuerdo perfectamente, me miraste y yo te vi,
Andabas algo nerviosa, pero yo te sonreí,
Nada pudo detener el beso que en tu mano di,
Lamento que no haya sido en tus labios carmesí,
Inquieta, hermosa y fugaz, tu sonrisa para mí.
Solo en tu presencia grata yo me siento muy feliz,
Miedo tengo que te vayas, que me quede yo sin ti,
A Dios siempre estoy rogando que permanezcas aquí,
Recuerda mi reina bella que tú eres dueña de mí.