Nos sentimos tan angustiados
que todo a nuestro paso
se vuelve tristeza.
Es deprimente encontrarse solo,
sin que una mano amiga
seque nuestras lágrimas
o nos brinde un poco de aliento;
ver que nuestros deseos
se convierten en un sueño,
nos quita la esperanza
que una hermosa tarde
nos hizo sonreír,
se nos escapa la vida
y con ella la ilusión
de encontrar felicidad.
Más aquí no comienza
ni termina la aventura,
porque largo y duro
es el camino
que ha de llevarnos hasta el fin,
y si cada paso que damos
nos muestra la derrota,
el empeño que pongamos
nos dará algo mejor.
CAR-MAR