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Inicié un camino sin prisa alguna
Quizás pudo ser una coincidencia
O tal vez obra de la providencia
El que fuese a dormitar en comuna
Por techo un cuarto menguante de luna
Y junto a mí sin ninguna decencia
Desnuda mujer mi cuerpo acaricia
Con dulces besos llenos de ternura
Por Toda piel rojo carmín tatuó
Y quedando felizmente extasiada
Frente a lo más deseado paró
Con dulzura y de pasión sofocada
Su jugosa boca se la ofreció
Teniendo al fin su batalla ganada
Soneto