Se acerca el árbol... y se aleja,
hierro con hierro, silban su queja,
el sol jugando entre mis pestañas,
todo es de oro... todo es de plata...
en el vaivén del abanico de mi hamaca.
Gira que gira la calecita,
a andar convida, su musiquita;
¡Pum!, la pelota, rueda que rueda
entre las piernas llenas de tierra...
El subibaja sube y baja
y la alegría llena la siesta en la placita
que está a la vuelta de la escuela...
y el horizonte de mis cuatro años
¡aquí termina!