Mascaradas
Saber de odios, de olvidos, de santas ausencias.
La bruma de las dudas con final de sombras.
Hombre solo, gris, transformado en las demencias
y un terror infeliz, ¡sórdido! Al cielo nombras.
Hombre crudo, triste, vagas: Es la costumbre
al morir un poco. Y aunque forjar solitario,
¡sueñas, creas, te extiendes! ¡Vorazmente! Con lumbre
y ensueños, en infortunios de un gris calvario.
Tal vez ames la soledad -fiel compañera.
Tal vez nunca entiendas del llanto y su tormento
e ignores el fiel romance de una palmera,
de la playa, del mar, lo virginal, la paz.
Desa cruz, dese confín, dese, ¡oh! tu lamento
carnal -caído- mueran las sombra en tu faz…
Pues, ¡tanto ornar a la muerte acude la paz!
Se languidece, ¡angustia por vivir de prisa!
Y ante el dolor, ¡oh! ¡se sonríe! ¡falsa risa!
Autor: Santos Castro Checa
Mallares – Perú
Derechos reservados