A Juana de Arco
La diosa de Francia pisa la luna.
Como cintura del tiempo,
su espada refleja el agua.
Los soldados a su cintura acuden,
y en el azul magistral de su mirada
el Delfín canta desde el trono.
Cincuenta años lleva el olvido,
cincuenta lleva la memoria,
pero sin cuenta es el número
de las batallas.
Prepara tu candado
en tu garganta y tu voz,
doncella La Pucelle.
Serán los caballeros del mundo
los que te honren como un ánima
que ronda por la luz.
Sentada frente al fuego,
como un recuerdo de ti,
se yergue una tierra nueva,
un planeta de himnos blancos
y de trinos que blanden tu carcaza.