Nació una tarde una luz,
era clara, transparente y suave,
con ella venía una voz sincera y cálida.
Abrí mis ojos y pude ver los tuyos,
y me ví en ellos como reflejo en cristalinas aguas,
cerré mis ojos y bese tus labios,
con ese beso tierno de solo roce suave
sellé mi amor por ti.
Tu me cambiaste,
Mi seguridad tan firme, se quiebra con tu mirada,
mi voz tan loca, se calla con tu sonrisa,
mi ser tan ingenuo, se rompe con tu cuerpo
y ya no me resisto a tus caricias.
Me motivas con solo hablarme,
me instas con solo mirarme,
me inspiras con tus palabras
y ya no me pertenezco,
soy tuya de cuerpo y alma.