no serás el ideal portero de tus días
mientras persistas vivir en semiluz
en voluntaria caverna
como torpe alimaña que establece pacto con las sombras
no te extrañarán
no volverán sus ojos hacia ti
observarán de lejos con altiva estrategia
tu reducida trampa
y ni siquiera intentarán saber tus preferencias
continuarás distribuyendo el tiempo y los trayectos
en medida exacta a todo cuanto emprendas
bordeando el lado real de las cosas
miserable costumbre de hasta morir discretamente
como si la vida fuera deuda.
no te buscarán un día de mayo
aunque planifiques tu enérgica partida
con la imprevista brisa
pero tal vez inicies
en el lado desconocido
en la próxima vuelta de los años
-cuando tu recuerdo se disgregue en sitios predilectos-
o intentes ya sin tregua alcanzar tus propias huellas
levísimos contrastes
tal vez ocurra
al retomar con esmero la proeza de todo cuanto hiciste
un nuevo poder de libertad en la memoria
dispuesta de una vez
como tu cuerpo a los oficios.