Raúl Daniel

Pescando con papá...

 

El día domingo fuimos

a pescar con mi papá,

tuvimos que levantarnos

muy temprano y viajar

para, luego de una hora

de caminar encontrarnos

con el río Paraná.

 

El lugar era precioso...

Un hermoso panorama

se habría ante nuestros ojos,

después de esquivar las ramas

bajas de un árbol frondoso

se nos apareció la playa.

 

El bosque, abrupto cortaba

su casi imperceptible senda

y al sol, la arena y el río,

espacio abundante daba.

 

Habíamos preparado todo

a mediados de semana,

y quiso venir mi primo,

por lo que el sábado estuvo

temprano a dormir en casa.

 

Mientras anzuelos y líneas,

tanzas y brazoladas

ordenábamos, el pecho

sentía que me explotaba...

¡era tan lindo pescar

y cuánto que lo deseábamos!

Enseguida que llegamos

(después de elegir plomadas),

papá ya tiró sus líneas,

tres, con cencerros y varas

que clavó en las orillas,

las puntas ató a unas piedras,

para luego, con paciencia,

ordenar el campamento

muy precario que llevamos

repartido en las mochilas.

 

Mi primo (que ya conoce),

buscó leña, hizo fuego;

yo procuraba mojarras

con una caña pequeña...

y en el anzuelo “mosquita”

pronto picó la primera,

¡qué emoción, casi me salta

para afuera, el corazón!

 

Allí aprovechó papá

y a quitarle me enseñó,

de su boca, el anzuelito;

pocos minutos después

sonó su alerta un cencerro

y mi padre, con certeros

movimientos y paciencia,

(aunque muy emocionado

y la ayuda de mi primo),

logró quitar el pescado

más grande que vi en mi vida,

¡un surubí de tres quilos!

 

La alegría continuó

el resto de la mañana,

yo saqué doce mojarras

y ellos tres más de los grandes,

(otro surubí más chico

un armado y un patí)

... y a uno lo comimos frito.

 

Aprendí a “destripar”,

tuve que hacer el trabajo

con seis de las mojarritas

¡que también comimos fritas!

 

Y no sé que más contar...

mi papá me permitió

que “chupara” unos mates

y en un momento me puso

su mano por mi cabeza,

y dijo (casi entre dientes):

-“Te me estás haciendo grande,

che ra’y1 ¿te gusta esto?...”

Yo le dije: -“¡Sí papá!”

y ¡le di un montón de besos! 

 

1 Mi hijo (guaraní).