Revoloteaban las gaviotas alrededor de ella, notan su inocencia la protegen con sus alas blancas y sus agudos graznidos.
Mientras la niña anda por la arena a la orilla del mar, las olas mojan sus tiernos piececitos, la espuma blanca y la arena fina juega entre sus dedos chiquitos.
Su precioso pelo ondea con el aire mientras los rayos del sol del amanecer lo ilumina dándole un tono cobrizo, su piel de un color sonrojado y suave como el terciopelo va tomando un ligero color moreno.
Anda buscando su libertad, la libertad que da la inocencia de la niñez, por que sabe que cuando crezca esa inocencia se la llevaran las olas mas allá del lejano horizonte.
Recorre la playa de levante a poniente a sabiendas que al final de la arena las rocas la cierran el paso, le pide a sus amigas las gaviotas que la eleven por encima.
Quiere huir de mundo de los adultos donde todo son farsas, mentiras, no quiere entrar en ese juego donde se oculta la otra realidad de la vida.
Revoloteaban las gaviotas alrededor de la niña, protegían su inocencia con sus alas blancas mientras con sus gritos ahuyentan sus miedos.