Amaneces y te ves sostenido por caracolas
de ensueños, o por gestos enamoradizos
y piensas que lo que te rodea al fin posee sentido.
Procuras no cargar con cruces demasiado pesadas
ya que tu espalda se resiente de los últimos años,
de todas las cruces que has intentado dejar a un lado.
Es cierto, te dices, en ocasiones las cosas
poseen un significado diferente, inusual,
que nunca has sentido, un significado
que sobresale a lo lejos, que te respeta
y te admira, y encontrarlo, medirlo y disfrutarlo
hace que tu carga se convierta en un carruaje
de plumas de ganso.