Me piden la calavera, yo se las escribiré;
Un pequeñito poema que a mi mundo le daré;
Una rima de alegría, donde reine mucha fe,
Donde alumbre un nuevo día que tal vez alcance a ver;
Un mundo ya sin desdichas, sin ese eterno dolor,
Do’ la muerte sea vida y la vida sea amor,
Donde no triunfe la muerte, ni siquiera la obsesión,
Sino triunfe la armonía de seres en comunión…